En el primer año de carrera, nos hablaron de este profesor, sin embargo, descubrí que no era un profesor cualquiera. Os haré una breve presentación para que podáis conocerle mejor, porque merece la pena.
César Bona acabó en un aula de Educación Primaria sin haber estudiado para ello, algo que le cambió la vida, ya que le hizo darse cuenta de lo que verdaderamente amaba: la educación. Durante los años en los que se ha dedicado a la docencia, se ha dado cuenta de una serie de cosas que ocurren en los colegios, como, que resulta antinatural el hecho de que los niños al ir a la escuela se dejen en la puerta su creatividad, su ilusión y su curiosidad, para pasarse horas sentados en una silla comportándose como adultos hasta que finalizan las clases, ya que esto supone robarles su esencia, como tampoco entendía el hecho de que una profesión que supone tanta responsabilidad y que tiene tanta importancia en la formación de las personas, quedase limitada a verter conocimientos en los alumnos, que estos memorizasen para finalmente volcar en un examen e inmediatamente después olvidar. Esto es algo que se propuso cambiar y empezó por su aula, escuchando lo que le tenían que decir los niños en lugar de limitarse a hablar únicamente él, dándoles la voz y el protagonismo que se merecen y haciendo de sus clases un ambiente cómodo, divertido y de confianza en el que sus alumnos tuviesen la oportunidad de divertirse, dejar volar su imaginación y aportar sus propias ideas. Con la práctica de este tipo de actitudes poco después pudo comprobar como obtenía cambios y resultados positivos en sus alumnos, ya que estos venían felices a clase, y esta motivación es la que les facilitaba interesarse y aprender.
Este tipo de creencias le han llevado a ganar multitud de premios y reconocimientos en el mundo de la educación, llegando incluso a quedar finalista para el premio Global Teacher Prize, como candidato a convertirse en el mejor profesor del mundo. Aunque finalmente no ganó, esto le hizo proponerse el objetivo de dar un cambio en la educación. A partir de entonces comenzó a escribir libros y a dar conferencias por toda España acerca de sus experiencias como maestro.
Me gustaría haceros una recomendación si os interesa el mundo de la educación, y si no, también, y es que leáis sus libros, en concreto el de Las escuelas que cambian el mundo.
Este libro nos hace viajar a través de diferentes institutos, colegios y escuelas de España que él mismo ha visitado y que se ha interesado en conocer charlando y compartiendo tiempo con los alumnos, familias y docentes e impregnándose de la filosofía e ideas de cada uno de ellos. Todos estos centros educativos tienen su propia esencia, algo que les hace únicos y les diferencia del resto, pero a la vez tienen algo en común: todos ellos están dando un giro y un cambio de enfoque a la educación, transformándola con sus metodologías innovadoras a través de las cuales dan voz al alumno, basadas en el aprendizaje colaborativo, proyectos únicos, aprendizajes significativos… que buscan poder llegar al alumnado para que así no sea necesario enseñarles, sino que ellos mismos busquen y se interesen por aprender acomodando los nuevos aprendizajes a sus conocimientos previos, tan importantes de tener en cuenta y que muchas veces se olvidan en escuelas con metodologías tradicionales.
César Bona para mí es un referente, que creo que sirve de inspiración para los futuros docentes.
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